Llegó la primavera mami mía y vos formás parte de ese mundo... participá de ella...salí a la calle, llenate de aromas de nuevos capullos, de tiernos brotes, del sol cada vez más fuerte y de la fiesta que para Dios significa esta estación en su gesta creadora. La primavera es la mismísima estación en que Dios creó al mundo, porque todo lo hizo nacer desde lo que en ella vemos y luego desde allí todo continuó su eterno y redondo viaje de sueño y despertar para que la vida siempre esté presente sobre el mundo y sobre quienes en ella están.
Mami mía, estás viva aún, viva de vida terrenal, vida de la que Dios te dio para que dieras todo lo que todavía debes dar para recién después estar lista, mami, no abandones la primavera, pasará, vendrá el verano y luego el otoño y el invierno y nunca sabrás cuándo será tu última primavera sobre el mundo.
Este Cielo es hermoso, pero la primavera en la tierra tiene un don divino especial que vos no podés despreciar. Dale, te invito a salir a escuchar el trino nuevo de las aves nuevas, dale, dame la mano y vayamos a correr por los caminos y los campos donde crecen por obra de Dios las flores más hermosas del universo, las fresias que siempre amé, juntemos de varios colores, hagamos un ramo y esta vez, te lo regalo yo. Dale mami, disfrutá la primavera, te lo pido yo, tu hija mayor, la que partió en primavera, pero es feliz con Dios. No desprecies a la primavera, en ella nos encontraremos un día y la verás ya como la veo yo. Pero ahora, quiero que disfrutes esta, te lo pido con todo mi amor, mañana quiere verte ponerte tu vestido de flor y salir a respirar el aire nuevo que Dios te da, mañana vendré a verte nuevamente y espero encontrarte riendo feliz porque primavera llegó. Si? Te amo y te abrazo en Dios. Noé.
