sábado, 13 de junio de 2009

Mami, veo un pasillo azul

Doce horas antes de ese momento yo ya veía un pasillo azul, se lo dije a mami, todavía estaba en la habitación común, había pasado muy mal la noche, mami estaba muy angustiada, era el lunes 3 de octubre de 1994, y de mañana, los médicos hacían cambio de guardia y le decían a mami que esperara. Cuando yo le dije eso, ella recordó que alguna vez leyó un libro donde decía que la gente cuando moría veía una luz o un túnel y pensó en eso y se asustó. Me dijo que a lo mejor era un reflejo de su blusa, yo le dije no mami vos estás acá y yo veo el pasillo allá arriba, ví el rostro asustado de mamita y le dije, no me hagas caso ya digo cualquier cosa, pero en realidad lo veía. Ella se levantó me dijo que enseguida venía y me dio un beso, le dijo a papi que se quedara conmigo y ella se fue a llamar a los médicos otra vez, yo pensé que se iba a fumar afuera que era para lo único que me dejaba unos minutos. Le dije: mami no era que vos no tenías que fumar? Pobre mi mami, lo último que hablé con ella en esa vida fue retarla, ella ahora lo recuerda y piensa que debería haberme hecho caso porque está enferma de los pulmones por el cigarrillo. Me dijo que no me preocupara y salió.
Ahora sé, porque ella lo contó muchas veces a su terapeuta y a mucha gente, que los médicos estaban todos muy ocupados con el pase y le dijeron que ya vendrían pero ella les dijo, Dra., Dr. ...la nena me dice que ve un pasillo azul! Y allí ellos dejaron todo lo que estaban haciendo y salieron todos juntos hacia mi habitación, bueno allí fue la última vez que vi a mi mami en ese mundo, porque la hicieron salir enseguida y me llevaron a terapia intensiva, donde doce horas después ya ví otra vez la luz azul y a Jesús que me tendía sus brazos para llevarme, yo lo veía y quería ir con El, pero no quería irme sin despedirme de mis papás. Menos mal que un médico se dio cuenta y los llamó para eso.
Mi papi, pobrecito, no podía decir una palabra. Mi mami como es muy verborrágica sí me dijo muchas cosas, muchas cosas hermosas, me contó que estaban todos mis amigos afuera, que estaba mi novio ahí cerquita mío del otro lado de la pared, que estaba toda la familia y todo mi colegio, hasta las hermanas! Y mi mamá me dijo que me fuera tranquila con Jesús que ella se quedaría cuidando a Nany y a papi, que me había amado desde que me concibió y que seguiría amándome así, que había sido muy feliz de tenerme y que no me decía adiós sino hasta luego...porque me juró que iba a hacer en su vida todo bien para que podamos encontrarnos en el Cielo. No lloraba, sólo me hablaba y yo la veía pero no ya con los ojos del cuerpo, mi alma ya flotaba en la habitación. Ah! y por último me dijo que no me olvidara del sueño de la Hermana Teresa de Calcuta que siempre leímos juntas y nos emocionábamos, me dijo: "en este momento...Jesús te está cargando en los brazos...andá tranquila hijita mía, que yo me quedo aquí pero nos volveremos a ver hija de mi alma". Me acarició y besó toda la cara, pobrecita mi mami, tuvo que sentir el frío de la muerte en mi frente, claro porque yo ya no estaba allí. Pero la escuchaba y la veía desde arriba. Mi mami tuvo fuerzas para besarme entera, desde la frente hasta los piez. Después salió de la habitación y entonces sí me fuí de aquel mundo tranquila, floté hacia la luz y crucé el pasillo azul como se ve en la imagen, allá en el fondo me esperaba Jesús y mi tío Pachi un poquito más atrás. Me fui tranquila, mi mami viviría sin mí, yo sabía que estaría triste pero también sabía que iba a tratar de ser mejor todavía de lo que era como ser humano para ganarse este lugar, para reencontrarnos. Y doy fe que lo está logrando.
Partir fue hermoso al final, gracias a mi mamá, y a Jesús que me estaba esperando. El pasillo azul era infinitamente bello, ir por él ya era algo especial y ver al fondo esa luz blanca tan única, tan especial, algo como nunca ví en la tierra, se siente tanto amor, tanta paz y al final el encuentro con mi amigo, Jesús y después con mi tío. Todo fue celestialmente precioso y sublime que es decir algo imposible de imaginar allá. Todos pueden vivir lo mismo que yo al final de la vida en la tierra, no se termina todo, sólo es un cambio, un tránsito hacia otra vida, una llena de paz, felicidad y bondad, sólo hace falta no hacer daño a nadie y amarnos los unos a los otros como Jesús nos amó y nos ama, sólo eso.
Noé.