Mi nena querida, ya es treinta de diciembre, ya casi se termina otro año más en este mundo y yo no veo la hora de que se terminen todos estos festejos que me hacen mal porque me recuerdan mucho más cuánto faltás en nuestra vida, en nuestro hogar, en nuestra mesa. Es en estas fechas cuando más imagino que quizás ya tendrías un esposo y a lo mejor un par de nietitos para mí, y nuestra familia no sería tan chiquita.
Te extraño mucho mi petichita en estos días, mucho más que siempre, porque la vida cotidiana con sus rutinas ayuda para que la ausencia sea menos perceptible, pero estos días...
Perdoname no haberte escrito en Navidad, pero habrás visto que brindé con vos, estuvimos con la lili y tratamos de pasarla lo mejor posible, mañana estaremos solitas y voy a brindar de nuevo con vos hija de mi alma, fantaseando que estás aquí, con tu esposo e hijitos, como debería haber sido. Te amo hija, no puedo seguir, estoy triste, quiero verte, oirte, compartir la vida con vos, quiero cosas imposibles ya, el mundo es un lugar triste y solitario y la única persona que suaviza este sentimiento es tu Nany, la hermanita que tanto pediste y por algo era...por ella sigo mi amor, sino...ya me hubiera ido con vos. Te amo inmensamente y te abrazo con todo mi amor. Mami.
