jueves, 24 de septiembre de 2009

No me lo pidas hija por favor



Hija, hija querida, amada, extrañada hasta el delirio, ahh...si pudiera, si yo pudiera hacer lo que me pedís...Pero sabés Noé, hace quince años que no puedo tocar la primavera, hace quince años que se tornó en un invierno frío, más frío aún que el que acaba de terminar para el calendario. Quisiera que pudieras ayudarme a sacarme este hielo que tengo en el cuerpo y en el alma, este dolor intenso que me abruma cada día, estas infinitas ansias de volver a verte; de revertir el pasado, de hacer retroceder los relojes como en una película de ciencia ficción y llegar al día en que esa perversa enfermedad comenzaba a instalarse en tu cuerpito, para echarla en el momento, como sea, pero echarla aunque no pudiera saberlo, mantenerla alejada de vos y de tu vida y entonces sí devolver el reloj a su lento movimiento y que camine despacito hacia el futuro. Ese futuro que es hoy y encontrarte en tu casa, atendiendo a tu beba recién nacida, mientras preparás la comida para el que está por llegar del jardín. E ir yo a ayudarte porque tendrás que irte a trabajar en un rato, tu consultorio de psicóloga te espera, hoy es día de atención y como sos muy buena en lo tuyo, tus pacientes no faltan. Y poder decirte andá tranquila hija, que la abuelita cuidará de sus nietos con inmenso amor y se los entregará al papá cuando llegue un rato antes de que llegues vos. Todo esto tendríamos que estar viviendo Noé! Hija mía! Y no esta soledad de muerte temprana que me dejó a mitad de vida, a mitad de aire para respirar, a mitad de la muerte también. Porque vivo pero no vivo y estoy muerta pero no lo estoy.
No me pidas que ame la primavera hija, no me lo pidas no..., en ella te fuiste o te llevaron...qué se yo...el día había sido de sol, pero yo sólo vi nubes y ni siquiera, sólo ví una sala de terapia intensiva desde donde lo que mas amaba en la vida partiría en horas y desde donde tuve que despedirte...no, no me pidas que ame la primavera, hoy no puedo, todavía no, no sé si podré algún día...perdoname ángel, pero no me dejes por favor, no te enojes conmigo y te vayas,  te necesito tanto hoy, se acerca el día mi amor y estoy peor que nunca, mi cuerpo y mi alma se han debilitado con tantos años de dolor, no me dejes hija, te lo pido, por favor. Te amo inmensamente hija, mi Noé. No te enojes conmigo por favor. Mami.

Igual a esa imagen que te dejo aquí fue la nube oscura que yo sentí sobre mí y sobre la ciudad el día que aún no lo sabía, vos volvías de inglés con la mancha en tu manito y a la noche estabas internada con diagnóstico de leucemia. Igual a esa nube fue mi premonición . A veces pienso que la nube no sólo era tu partida, era la representación de lo que sería el resto de mi vida. Nunca te lo conté, cómo hacerlo, había que darte esperanzas, había que sonreir, además en cuarenta y dos días no hay tiempo para nada ni siquiera para ...nada hija...ya está...vos estás allá y si sos feliz yo me quedo tranquila, ya lo estoy y sólo espero que Dios sea bondadoso y no me dé una vida larga, no necesito la vida, necesito la muerte para volver a verte...pero comenzaré a extrañar a Marina, es una condena demasiado pesada la que me mandó si es por algo que haya hecho. No saber si quiero vivir o morir. Tener a los dos seres que más amo dentro de mi ser, en vidas diferentes ¿cómo se puede ser feliz así? No, no se puede, ya casi no puedo vivir, sólo me da aire Marina, ella es mi fuente de oxígeno, ella me ata a la vida, ella me anima a seguir, aunque cada vez le cuesta más pobrecita mi amor también.
Te pido Noé hoy, ayudala por favor mañaña, tiene una reunión en la que no quiero que la dañen y en la que te pido con toda mi alma le salga bien y si es posible todo se arregle para bien sobre todo de ella, de su gran amigo y de la causa por la que luchan que es noble y buena. Te pido desde el fondo de mi corazón que intercedas ante Jesús y ante María Santísima para que mañana cuando vuelva yo la pueda ver feliz. Eso hará que entre un rayito de primavera a nuestra casita. Sé que harás lo necesario. Te amo hija y confío en vos.
Psdta última. Contame cómo están el tío Pachi, el abuelo César, la abuela Delia, Franquito y contame especialmente algo de Ele para poder decirle a Glori, ellos también la extrañan tanto como yo a vos, decile que siempre la quise mucho y nunca olvido cuando era jovencita y venía a casa y era tan calladita. Después no se la podía parar de hablar. Ji ji.  Mandame noticias de todos y me harás feliz. Te amo. Mami.