jueves, 4 de agosto de 2011

Te extraño mucho hija querida...


No estoy viniendo mucho a visitarte nena mía, pero es porque te estoy recordando todo el día y no sé por qué con más tristeza que en otro tiempo. Duermo abrazada a un pulóver tuyo que encontré y antes de irme a dormir le doy un beso. Te extraño petichita. No tengo muchas cosas agradables que contarte, igual vos me ves y sabés todo. Le doy gracias a Dios porque Marina y la abuela están bien, pero yo me siento muy triste, a lo mejor es el frío, no sé...Por eso vine, te conté esto y me voy, te dejo un enorme beso y el abrazo que tanto espero darte. Me duele mucho que todas las noches pido verte y nunca nunca podés venir ¿por qué hija no podés venir siquiera unos minutos, diez, quince minutos nada más a estar conmigo y que yo te pueda ver y abrazar fuerte y verte tan linda como antes de enfermarte, sin todo eso de malo que te hizo la maldita enfermedad. Quiero volver a verte Noé, por favor, pedile a Jesús que te permiso... te espero... y te amo inmensamente como te lo digo cada noche, como te amé desde que supe que estabas en mi vientre, como te amé toda absolutamente toda mi vida. Te sigo amando hija de mi alma y no tenés idea de cuánto te extraño. Mami.