martes, 4 de enero de 2011

Feliz cumpleaños de tierra y Cielo mi nena amada



Hoy hubieses cumplido 33 años mi hija hermosa, pero en este mundo solamente pudimos festejar hasta los 16, porque promediando esta edad Dios decidió llamarte nuevamente a Su Casa y yo me quedé como un ser mutilado. Toda mi maternidad está partida en dos desde aquel octubre del noventa y cuatro. Con un brazo me sostengo de tu hermanita menor que me necesitaba y me necesita aún y el otro lo tengo elevado al



Cielo tratando de alcanzar tu manita para no perderte del todo.


Yo sé que un día Dios decidirá también mi partida y entonces nos reencontraremos en ese abrazo profundo que nos prometimos, pero aunque a veces quisiera que ocurriera hoy mismo, luego pienso en tu hermanita y no quiero que sea todavía. Ella me necestia mucho emocionalmente, ya está grande es cierto, pero yo sé cuánto de importante soy en su vida y por eso no quiero faltarle y también se que vos no me necesitás ya. Seguramente estás siempre cerca mío aunque yo no te vea y observarás nuestras vidas cotidianamente.


A veces siento tu presencia sabés hija? Pero me doy vuelta y no veo a nadie y sin embargo siento muy fuerte que hay alguien allí, nunca tengo miedo porque se que sos vos y entonces escucharás que te digo hija, Noelia mi amor, estás aquí yo lo sé.


Mi nena hermosa, habrás visto que hoy fui a llevarte flores al parque Gloriam, te gustaron las rosas rojas que te dejé? Me gusta hacerte un bouquet en lo de las chicas japonesas, los hacen hermosos y yo quiero regalarte algo precioso para vos mi hija primera, también te dejé oraciones, los besos de siempre y las lágrimas que no puedo reprimir. Lo único que no me gustó es que hoy había mucha gente, hoy fue el primer aniversario del fallecimiento de Sandro y está allí tan cerca tuyo ... que creo sinceramente que por mucho tiempo no voy a poder estar como lo estaba antes, concentrada conversando con vos y en paz. Sentía que me miraban, el murmullo de la gente, no se, no fue igual para mí, ya viste que me quedé menos y esta vez no te canté las canciones de la Virgen que siempre te canto. Y bueno, lo entiendo Sandro fue un ídolo muy querido, muy popular, a mí también me gustaba cómo cantaba y su personalidad. No voy a quejarme más, compartiremos este día por varios años quizás, hasta que su recuerdo e vaya diluyendo y a lo mejor sólo vaya su familia o a lo mejor... yo parto antes... quién lo sabe.


Bueno, mi chiquita, no fue un cumpleaños como si estuvieras aquí, pero para mí sí, yo los sigo contando como si no te hubieses ido y recuerdo ese día en que vi tu bella carita por primera vez y dije gracias Dios por permitirme ser mamá...


Te amo hija, te dejo mi abrazo más profundo y todo mi amor. Mami.